Lo sentimos todo el tiempo, nos quedamos con la primera impresión, con lo primero que nos dicen. Preferimos un no antes que arriesgarnos por un quizás. Elegimos ser lo que somos y creemos que eso es lo mejor para nosotros. Nos falta jugárnosla por esa persona, por ese "nada",o por ese "imposible"...
Arriesgar o acertar, es parte de la vida. Pierde el que no lo intenta, el que se estanca en sus pensamientos. Corremos el riesgo de no crecer, de no esforzarnos, de no conocer ni aprender. Equivocarse no es fallar, sino aprender a ganar.
Quizás hoy sea un no, y mañana también. Pero nadie te quita la posibilidad de que pasado sea un si.
Dicen que "el que busca encuentra". Y el que busca persigue su meta como si de su Campanilla se tratase. Porque lo que perseguimos es lo que más queremos y pensamos que merecemos. Pero a veces lo que pensamos que está bien no lo está así realmente.
Aún así, ¿cómo sabemos que ciertamente lo es de verdad? Yo opino que el que no arriesga, no gana.
Ahí lo dejo.