Nunca he sido sostenible, pero siempre acabo reciclándome y volviéndome a reciclar. Vivo inmersa en mi círculo vicioso personal.
Tengo mi propia regla de las tres erres: reflexionar, rayarme y reiniciar.
Desde que nací tengo el corazón deforestado y el cerebro lleno de residuos por la ingestión masiva de CFC's, CO2 y demás siglas de mierda que no enumero porque a mi poco me importan en este momento. Yo también me repito a menudo Nunca Mais, aunque nunca acabe de limpiar los vertidos tóxicos. Mi cuerpo es un jodido vertedero en progresiva descomposición.
Señor Dios, Yahvé, Alá o Maria Magdalena, tienes una deuda (ecológica o no) conmigo. Voy a pasarme a cobrarla en breves, ¡y más te vale portarte bien o te convertiré en compost!
Perdóname si soy demasiado biodesagradable. Tú empezaste.
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